A veces pasa, que sin apenas darte cuenta, vas cargando con cosas, historias, con situaciones, con una vida que no es tu vida, y que te va haciendo cada día un poquito más pequeña, más vulnerable, hasta casi borrarte.
Es tan sutil, es tan poco a poco que ni te das cuenta, o eso crees. Vas soportando un trabajo que te hastía, una ciudad que te apaga, o una relación que te agria…y continuas. Porque prefieres seguir buscando la aprobación y aceptación de los demás, buscando la seguridad en otras personas menos en ti. Porque eres como la rana metida en la olla con agua que se va calentando poco a poco, y que cuando se da cuenta y quiere saltar, ya no lo quedan fuerzas para hacerlo. Y muere.
A veces pasa, que el ruido exterior no te deja escuchar lo que tienes que decirte. Y ya ni siquiera oyes el ruido, porque se ha ido acomodando en tu cabeza, y forma parte de ti.
A veces pasa, que ya no cabes en tu vida encorsetada, previsible, monótona y algo triste y, sin saber cómo, todo empieza a desmoronarse, y lo que hasta ayer te valía para sobrevivir, hoy te queda tan pequeño que te ahogas. Empiezas a darte cuenta de tu realidad distorsionada, de tus creencias obsoletas y limitantes, y ya no hay marcha atrás.
Y saltas.
Porque lo que quieres es vivir de verdad, con redoble de tambores, con mayúsculas...No sabes cuánto, pero decides averiguar para qué.
Y te das cuenta que, esa punzada que atraviesa tus pulmones, ese llanto incontrolado, la desgana, el cansancio, las noches sin dormir... son solo señales tratando de decirte que algo no está bien. Y decides que ya es hora de escucharte. La rana tratando de saltar.
A veces pasa, que te hartas de que no pase nada. Pasa que sientes que ya no sientes nada. Esa certeza es como un mazazo en el centro del pecho. Y otra vez te cuesta respirar…
Y te plantas. Y te atreves a dar la cara para no darte más la espalda.
Ya no te vale ese amor a medias, ese trabajo que te hace infeliz, esa ciudad que te asfixia...Ya no te conformas, si hacerlo, significa renunciar a respirar.
Y respiras.
Gracias por leerme.
Si te ha gustado, no te corte, sírvete y dale al corazoncito.
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