Cuando decidimos iniciar una dieta o simplemente mantenernos en nuestro “peso ideal” lo primero que nos planteamos es eliminar de nuestra alimentación a nuestro enemigo nº 1; el pan. Pan malo. ¿Pero es correcto? Como diría Jack el destripador, vayamos por partes…
Una rebanada de pan aporta las mismas calorías que una manzana. Oh, sorpresa.
Además ambos alimentos, son una fuente de fibra y cuentan con sólo unas 80 calorías, que en un promedio diario de 2000 calorías, significan apenas el 4%.
El pan aporta hidratos de carbono, vitaminas y minerales que nuestro cuerpo necesita para transformar en energía. Los hidratos de carbono son imprescindibles para nuestro correcto funcionamiento cerebral ya que necesitamos de glucógeno para proteger nuestras neuronas, pero ¡cuidadín! como todo, en su justa medida, ya que un exceso de glucógeno, (azuquita) también podrían matarlas según algunos estudios. Y ya no estamos para perder nada que no sean todas esas cosas que no nos hacen bien. Otra de las virtudes de los carbohidratos es que al consumirlos liberamos SEROTONINA, la hormona de la felicidad, yuju. Ese neurotransmisor influye en nuestros niveles de ira o agresividad, y para redondearlo más, también nos ayuda a controlar los ciclos del sueño. Así que visto lo importantes que son los carbohidratos en nuestra dieta, quizás en lugar de demonizar el pan, la clave estaría en cuál/cuándo/cuánto. Porque es evidente que ahí está "el quit de la cuestión"
No voy a extenderme en explicar los tipos de carbohidratos que existen, tranquilos. 😉
Lo importante, es que sepamos que se dividen en simples y complejos. Cuantas más moléculas intervienen más complejos son, fácil. Y estos, los complejos, son los que mas nos interesan y no deberían faltar en nuestra alimentación. Qué por qué?
Sencillo: • Contienen una mayor cantidad de nutrientes en comparación con los simples. • Son más ricos en fibra. • Se digieren más lentamente, por lo que nos sacian durante más tiempo. EJEMPLO DE HIDRATOS DE CARBONO COMPLEJOS:
Granos enteros: arroz integral o salvaje, avena, cebada integral…
Alimentos con almidón: Patatas, maíz, boniatos…
Legumbres: Lentejas, judías, garbanzos, quinoa…
Verduras sin almidón: Espárragos, calabacín, espinacas…todas.
Frutos secos (no fritos)
¿Y cuál es la mejor hora para consumir carbohidratos complejos? La mejor hora suele ser por la mañana, ya que es cuando necesitamos más energía para rendir lo suficiente en nuestras actividades diarias. Evita consumirlos, o hacerlo de manera moderada, por la noche, ya que el metabolismo se ralentiza al caer la tarde, lo que hace más difícil que lo que ingerimos a última hora se queme. ¿ Y el pan? ¿Cuál es el más recomendable entonces? El trigo moderno cada vez produce más alergias e intolerancias, además de que tiene poco valor nutritivo. Existen diferentes harinas, incluidas las de algunas variedades de trigo, que son muy recomendadas. Son más nutritivas, digestivas y saben mejor. Por ejemplo:
• Harina de espelta, centeno, avena, trigo sarraceno (aunque este último no es un cereal propiamente dicho. (Haz clic en el enlace si quieres saber más)
Ya ves que existen muchas opciones para elaborar pan saludable con harinas más nutritivas. El buen pan no se debe realiza con harina refinada de trigo moderno, sino con cereales antiguos y una buena elaboración para conseguir un pan muy digestivo y saludable. Así que escoge entre los que más te convengan y que nadie te prive de una buena rebanada de tu pan favorito.
¡Dame pan y dime tonto!
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